No diré (como tantas veces he escuchado) que recuerdo con cariño esa primera cámara con la que empecé a descubrir la fotografía... Simplemente la recuerdo. El día que un colega a quien se la dejé me dijo que la se la habían robado por esos mundos, lo único que le dije fue: " Bueno, tu te lo pierdes, la usabas más que yo" Esa mítica Zenith 12XP que a tantos aficionados a acompañado en sus primeros pasos, y que con su objetivo de 58mm me enseñó a esforzarme; a hacer las fotos con los pies, no con el zoom; a sacarle el máximo partido a cada focal y sobre todo a medir la luz. y que hoy, bueno... pues sigue corriendo por Y esto no me convierte en un salvaje sin sentimientos; por que lo que si recuerdo con cariño son esas primeras y horribles fotos de mi primera etapa de aprendizaje, cientos de fotos que aun conservo, pero que no os pienso enseñar (he he). La mayor parte de mi aprendizaje fue autodidacta, o lo que es lo mismo, casi todos los fotógrafos de Badajoz fueron mis maestros, tantos profesores que hoy me resultaría imposible recordar, y que me ayudaron a montar mi primer laboratorio B/N. el responsable de que me pasara unos cuantos años viendo la vida en blanco y negro, hasta que descubrí la trampa... la vida en B/N es mas fácil de idealizar, una foto en B/N casi siempre queda bien.

Y a partir de ahi empieza lo que considero mi segunda etapa de aprendizaje, que se basa en mostrar la belleza de lo cotidiano desde un ángulo un poco más parecido a la visión "normal" , sin caer en la tentación de "desnaturalizar" lo cotidiano extrayéndole el color, y hacerlo de este modo interesante. o por lo menos curioso. Entonces debía agarrarme a parámetros que más que teóricos eran intuitivos... si, bueno, están las reglas de composición de tonos, de equilibrios, contraste cromáticos de ritmo tonal y bla bla bla... y todas estas nos llevan a resultados que reflejan la realidad con una fidelidad que no le hace justicia... y el color me volvió loco durante otra temporada. Otra incursión (aunque esta más corta de lo que yo hubiera deseado) por el laboratorio, aprendiendo la ampliación cibachrome, y otra (más larga de lo deseable) en el "laboratorio digital" buscando entre las entrañas del Photoshop el secreto del color. Y todo para descubrir que no hay secreto (!).
Hoy, definitivamete reconciliado con el B/N, con el color, o con cualquier otro método que me permita conseguir esa imagen que estoy buscando, he visitado con mis trabajos los más diferentes campos de la fotografía: fotografía de moda, documental fotográfico, fotografía publicitaria, publicaciones, reportaje social, instalación artística, alguna incursión en el mundo del video... Pero, consciente de que un fotógrafo vale lo que vale su última fotografía, lo que más valoro de mi historial como fotógrafo es esa forma de ver la vida que la fotografía me ha enseñado: despertó en mí la capacidad por maravillarme por las cosas mas simples, de fascinarme por las escenas mas corrientes, de comprender que basta una mirada a cámara, un haz de luz, una ligera dominante, un brillo... para construir un momento mágico, y es precisamente la obsesión por compartir esos momentos la que me ha mantenido pegado a la cámara, esforzándome por comprender el lenguaje de la luz, y el mecanismo por el que sintetizar estos sentimientos en una imagen. Esto me hace pasar por la vida un poco más feliz sabiendo que la fotografía antes que una forma de ganarme la vida, es una forma de vivir, descubriendo la belleza de cada instante